Desandando mitos sobre la ESI

En Argentina la ley de Educación Sexual Integral se aprobó hace más de 15 años y luego de este tiempo aún continúan circulando mitos en torno de la aplicación de la ley y mucho desconocimiento. Por otro lado, sucedieron luego de su aplicación distintas revisones necesarias para ampliar el enfoque de derechos representados y considerados. ¿Cómo repensar la Ley en la actualidad?. Existe una amplia gama de actores y sectores con los que podemos extender la ESI, sin embargo, algunos de estos sectores y actores están articulados por mitos o fake news que en la medida que podamos desandarlos, vamos poder generar una base mayor de consenso de sectores que acompañan la ESI.

 

Mitos y verdades  

 

“La ESI adoctrina porque es una ideología de género”. Falta comprensión de lo que implica la perspectiva de género. Es todo lo contrario, promueve la autonomía, la libertad, un cuidado de sí y de cada persona. Propone pensar de manera crítica los roles y los estereotipos. 

 

“La ESI promueve la homoxesualidad”. En realidad lo que promueve es una aceptación y respeto por las distintas identidades sexuales. Preguntémonos ¿Cuál es en realidad el miedo que reside allí?

 

“Con la ESI se enseñará a masturbarse”. A lo que apunta la ESI es a criticar el tabú en torno a la masturbación, reconocer el valor del autoconocimiento y de lo placentero.

 

“La ESI no habla sobre el amor, sino solo sobre el sexo”. La ESI abarca todas las dimensiones de la experiencia humana, incluido el amor. Lo que se busca es deconstruir el amor romántico y narrativas hegemónicas que dan sustento y anclaje a la violencia, por lo cuál hablar de amor es uno de los objetivos de la ESI. 

 

“Trabajar la ESI haría crecer los casos de abuso”. Las estadísticas muestran un aumento, y esto es porque los niños y niñas tienen la capacidad de hablar en lugares seguros sobre las situaciones que suceden en sus entornos. Un 63% de las agresiones se presentan en el ámbito familiar, en el cual opera el “secreto” como un modo de control y dominación.  

 

En este sentido, es importante poder construir una escucha atenta y activa de estos sectores que aún no están convencidos por estos miedos y resistencias. Es fundamental trabajar en ampliar las bases de apoyo.

 

“Hay que producir materiales específicos para la familia. Falta diálogo con los sectores intermedios, estos que tienen dudas y/o temores”. Diana Maffía

 

Siguiendo a Dianna Maffía, es muy reciente pensar la ESI por fuera del binarismo, considerar a los niños y las niñas como sujetos de derecho. Aún hay resistencia en sacar la ESI de la filosofía de la reproducción, esa filosofía donde por más de 2.000 años se consideró que la distribución de roles sociales dependía de la naturaleza que además es visible en los cuerpos, donde hay alguien superior. 

 

El patriarca tiene poder sobre las infancias y sobre la mujer. El concepto patriarcal de familia continúa. Durante el medioevo y hasta la modernidad se estableció que “la familia es la propiedad del patriarca: la mujer, los hijos, los esclavos y la hacienda”. Desarticular este concepto es muy difícil”, dice Diana Maffía.

 

Pensar la ESI como un derecho es ponerle los límites a la “patria potestad”. El derecho a la ESI es el límite a la frase: “con mis hijos no te metas”, lo cuál sería imposible ya que los hijos no son una propiedad del patriarca, no son una patrimonialidad dentro de una jerarquía en el ámbito de la familia. Padres y madres pueden decidir qué tipo de educación reciben sus hijos, lo que no pueden impedir es que reciban educación sexual ya que es un derecho de las infancias.

 

El binarismo como currículum oculto de la educación sexual

 

La diferencia entre hablar de ESI y hablar de aparato reproductor (como se hablaba antes de la ESI) es la integralidad. La integralidad es la que articula los aspectos biológicos, psicológicos, afectivos y éticos a los cuales hay que darles una vuelta de tuerca desde el feminismo y desde las diversidades. 

 

“La biología no es sólo la genitalidad, existen genitalidades intersexuales que requieren de lecturas mucho más complejas y que no necesariamente deben ser intervenidas por la medicina para que sean binarias”, afirma Diana.

 

Se ha logrado que en la infancia haya una autoridad perceptiva. Aparecen las infancias trans como algo muy desafiante en las escuelas y en la familia. Es un desafío que se ha ido sustentando en el caso de las familias pero sobre todo en la sociedad civil, a partir del caso Lulu.

 

La vida cotidiana de la escuela debe ocurrir con el respeto por la identidad autopercibida. 

 

Si hablamos de amor, hablamos de los deseos, de diversas prácticas sexuales consensuadas que no produzcan daño. Aprender una amorosidad abierta a las necesidades de la otra persona, una amorosidad respetuosa de las percepciones que la otra persona tiene. 

 

Cuando se habla de ética en relación con la ESI, hablamos de la capacidad de percibir las emociones de la otra persona, de ser receptivos, empáticos, de tener una actitud de cuidado y responsabilidad con la otra persona, el reconocimiento de que somos sujetos no aislados.

 


Ilustración de portada – Yiffy Gu