Neurosexismo: estereotipos en torno al cerebro y la mujer.

En el Día Internacional de la Mujer, ponemos el foco en los peligros de múltiples mitos sobre el cerebro que refuerzan estereotipos de género negativos.

 

En el momento en el que vivimos, son muchos los avances con respecto a la concientización sobre la inclusión y la igualdad de género. Sin embargo a este ritmo, las estadísticas demuestran que tardaríamos 202 años en lograr la paridad económica y que una de cada tres de mujeres sufrirá violencia a lo largo de su vida. Siglos de estereotipos y exclusión de ciertas áreas, continúan teniendo consecuencias que dejan a las mujeres en una posición de desventaja. Ponerse las “gafas violetas”, metáfora sobre mirar el mundo desde una perspectiva de género, se hace indispensable.

 

Los estereotipos de género y su influencia en el desarrollo del sistema nervioso. 

 

¿El cerebro tiene sexo? es una de las grandes preguntas que el campo de la investigación se hace desde hace tiempo. Para responderla, hay que tener en cuenta que así como se pueden encontrar justificaciones sexistas en muchas disciplinas, lo mismo sucede con la neurociencia. Es el llamado neurosexismo, que se define como la interpretación y utilización de los hallazgos neurocientíficos para justificar estereotipos de género.

En palabras de la doctora Silvia Kochen, “en nombre de la neurociencia se dicen muchas cosas que no son ciertas, y se utiliza un lenguaje científico que le da mucho más valor y que parece que es serio, y en realidad se dicen cosas que son falsas”. La investigadora del Conicet y directora de la ENyS, reflexionó sobre esto en “El aporte de la Neurociencia (y no de las Pseudo-Neurociencias) en el conocimiento sobre Cerebro y Mujer”. La exposición fue la apertura de la 4ta Jornada de Ciencia y Arte “Cerebro y Mujer: Mitos, Realidades y Distintas Perspectivas”, organizada por la ENyS y auspiciada por la Red Argentina de Neurociencias del CONICET y la Sociedad Argentina de Neurociencias.

Según la especialista, ciencia y neurociencia se siguen utilizando para fundamentar estereotipos negativos que perduran acerca de las mujeres. Para evitarlo, es esencial cuestionarse ¿cuántos de los estudios neurocientíficos sobre género tienen datos legítimos y cuántos son influidos por el determinismo biológico?

 

El medio y las emocionales interfieren en el desempeño cognitivo.

 

La neurociencia demuestra que el medio tiene una incidencia fundamental para el desarrollo del sistema nervioso, dado que solo el 10% de nuestras neuronas están conectadas al nacer. Las demás conexiones se desarrollan a lo largo de la vida. La formación de la sinapsis es el resultado entre la tensión de la naturaleza y la educación: ambas conexiones están presentes y asociadas entre ellas. Por ende, lo innato, sería la capacidad que tienen las neuronas de conectarse entre sí y lo adquirido cuando se logra esa efectiva conexión neuronal, que va sucediendo a lo largo de la vida.

Estas conexiones pueden ser fotografiadas con una resonancia magnética del cerebro. Esta es una gran herramienta, que sin embargo se está usando para reforzar estereotipos negativos de género. Es un hecho que cuando se hacen estos estudios se observan variaciones mucho más importantes entre sujetos que las que se encuentran entre distintos sexos. Aun así, «en la literatura científica abundan interpretaciones que todas las diferencias que encuentran, especialmente entre sexos, las refieren a cuestiones de tipo innatas”, advierte la investigadora.

El aprendizaje y lo adquirido son quienes tienen un rol fundamental en la formación del cerebro humano.

Un ejemplo que demuestra esto, son los trabajos sobre el cerebro de las y los pianistas que demuestran un mayor grosor de la corteza cerebral en las áreas que controlan los movimientos de los dedos y la audición. Esta particularidad, estaba relacionada directamente al entrenamiento que habían tenido durante la infancia, reforzando la idea de que no había características innatas. El aprendizaje y lo adquirido son quienes tienen un rol fundamental en la formación del cerebro humano.

Por eso, las experiencias que vivimos influyen en el desarrollo del cerebro que es plástico y social. La plasticidad cerebral, da cuenta de que el medio influye pero no determina, ya que el aprendizaje se da a lo largo de toda la vida, y también se pueden desaprender hábitos y creencias (aunque esto último revista mayor complejidad).

Otro de los aportes de las neurociencias se da en la relación entre lo emocional y lo cognitivo. En este sentido, si bien se comprobó la igualdad en la capacidad de desempeño entre hombres y mujeres, las condiciones emocionales displacenteras como la inseguridad, la falta de confianza personal o situaciones de discriminación, impactan en el rendimiento. Bajo esta idea, resulta interesante reflexionar sobre los efectos de la desigualdad y los estereotipos de género: creencias sobre las diferencias entre lo que hombres y mujeres son capaces, y en base a ello a lo que se deberían dedicar.

En otro trabajo realizado durante el 2008, se propusieron ver las diferencias de sexo y género en los mecanismos cerebrales en relación a juicios morales. Se consideró que las mujeres tenían una reacción primero basada en la emoción y luego en la cognición, mientras que para los hombres era exactamente al revés. Concluyeron que las mujeres abordan los dilemas morales basándose en el cuidado y los hombres en la justicia. Este informe, a pesar de haber sido publicado en una revista de alto impacto, solo trabajaba con 14 personas, lo cual no es una muestra representativa pero si peligrosa ya que justifica los estereotipos de género, reforzando el pensamiento de que las mujeres son más emocionales y los hombres tienen una noción de justicia diferente.

Sigue siendo común escuchar que los varones tienen más aptitudes que las mujeres para las Ciencias Exactas y la Tecnología. 

Estos mitos sobre las diferencias entre los cerebros de los varones y las mujeres están tan difundidos que hace unos años el que era rector del MIT tuvo que renunciar por decir que las mujeres no tenían aptitudes matemáticas. Se basaba en un trabajo que estudiaba el desarrollo matemático en niñas, niños y jóvenes, y precisamente, concluía que no se encontraba ninguna diferencia entre niños y niñas. Así como este rector dijo, sigue siendo común escuchar que los varones tienen más aptitudes que las mujeres para las ciencias exactas y la tecnología.

Aunque es válido indagar en relaciones y posibles diferencias en estudios de género, en muchas investigaciones científicas no hay una búsqueda honesta en estos aspectos. Los y las investigadores/as pueden evitar reforzar estereotipos que siguen instalados desde hace siglos, contribuyendo a evitar sesgos ideológicos y defendiendo la ciencia con la verdad y la ética. La ciencia avanza, pero hay creencias arcaicas que siguen aferradas. Sosteniendo que el nacimiento es el momento más importante para determinar las características que acompañan a una persona por el resto de su vida, se marcan las diferencias de género, negando los avances tanto en neurociencia como en la lucha por la igualdad de derechos.

 

Si te interesa escuchar la ponencia completa de la Dra. Silvia Kochen, podés hacerlo desde el siguiente enlace: «El aporte de la Neurociencia en el conocimiento sobre Cerebro y Mujer».

Para conocer sobre las neurociencias y su aporte en los procesos de aprendizaje, te invitamos a conocer nuestra Diplomatura en Neuroeducación, claves para motivar el aprendizaje, organizada junto al Instituto de Extensión de la Universidad Nacional de Villa María.